lunes, 18 de junio de 2012

AGRICULTURA ECOLÓGICA



La agricultura ecológica no es algo nuevo, lleva miles de años practicándose, ha sido la agricultura que se ha practicado hasta la revolución industrial y la consiguiente aparición de maquinaria y productos de síntesis químicos.

Es verdad que los avances producidos en la agricultura por la revolución industrial han supuesto, en muchos aspectos, unas mejoras y ventajas inimaginables. Se ha producido una mejora de las condiciones de trabajo incorporando maquinaria que facilita y agiliza labores, antes penosas de realizar. Se ha investigado y se ha avanzado y profundizado sobre conocimientos vegetales, de suelo, de fauna...a todos los niveles. Se han desarrollado nuevos materiales y nuevos productos que mejoran el trabajo en el campo.

En definitiva, se ha avanzado en conocimientos, en comprensión y en medios de trabajo, pero la revolución industrial también ha producido efectos negativos que suponen un retroceso con repercusiones a veces inimaginables.

Con la revolución industrial se comenzaron a utilizar, masiva e indiscriminadamente, productos tóxicos para controlar plagas y enfermedades que han supuesto la contaminación y deterioro de numerosos ecosistemas y de miles de personas directa e indirectamente. También, por un uso masivo e indiscriminado de fertilizantes químicos, se han contaminado gran parte de las aguas subterráneas y de los ecosistemas dependientes del agua. Se ha reducido y perdido para siempre una enorme variedad de plantas cultivadas por adquirir variedades promovidas por un mercado y una industria de semillas.

Se cultivan plantas modificadas genéticamente, transgénicos, que sólo benefician a las empresas que venden productos químicos (tóxicos en su mayoría) para su cultivo, retardándose la investigación y promoción de plantas con ventajas para la sociedad en general y que no supongan un impacto negativo sobre los ecosistemas. Además, estas plantas pueden crear situaciones nuevas, desconocidas e impredecibles y no se ha adoptado un principio de precaución en su uso.

Han quedado en el olvido técnicas sencillas, útiles y beneficiosas para la agricultura practicadas con éxito y con gran sabiduría desde miles de años por adoptar técnicas más modernas pero a veces no más útiles o efectivas..

Se han sobreexplotado las reservas de agua en busca de una productividad excedentaria de mercado.

Se han producido, y se están produciendo, fenómenos derivados de una revolución industrial que están desequilibrando de manera excesiva e incierta la vida en el planeta.

Si nos fijamos, los problemas se producen por intereses de empresas que se dedican a la venta y promoción de productos y técnicas que están produciendo los desequilibrios y deterioro actuales.

Es curioso ver como en sociedades donde el desarrollo tecnológico no ha llegado, se sigue practicando una agricultura ancestral, una agricultura ecológica, con sus ventajas y sus inconvenientes.

En definitiva se ha avanzado en muchos aspectos, pero también se ha producido un retroceso y una degradación nunca antes conocida.

Como consecuencia de esta realidad se ha producido la difusión y práctica, cada vez mayor, de la agricultura ecológica. Gran parte de la sociedad se ha dado cuenta de los aspectos negativos de una agricultura industrial y opta por un modelo de agricultura que se basa en técnicas respetuosas y beneficiosas con el medio y por lo tanto respetuosas y beneficiosas para las propias personas.

Esto no significa, ni mucho menos, que los avances de la agricultura industrial se dejen aparte y no se reconozcan, se trata de dejar a un lado aquellas prácticas o productos perjudiciales y retomar aquello que sea beneficioso, visto desde un punto no solo económico a corto plazo, sino desde un punto de sostenibilidad ambiental a largo plazo.

Una definición aceptada de agricultura ecológica es la siguiente:
“Sistema de producción que evita o excluye de una manera amplia el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, donde se utilizará la rotación de cultivos, la adición de subproductos agrícolas., estiércol, abonos verdes, desechos orgánicos, rocas o minerales triturados sin transformar, así como el control biológico de plagas. Todo ello para mantener la productividad del suelo y del cultivo, proporcionando los nutrientes adecuados para las plantas y consiguiendo el control de parásitos, hierbas espontáneas y enfermedades, sin agredir ni deteriorar el entorno ni a los consumidores de tales productos”

En líneas generales agricultura ecológica implica:

- Potenciación de la fertilidad de la tierra.
- Utilización de abonos orgánicos y minerales.
- No utilización de abonos químicos de síntesis.
- Potenciación de la biodiversidad.
- Adoptar siempre principios de prevención antes que de choque.
- Utilización de sustancias lo más respetuosas posibles con el medio ambiente.

Resumiendo, en agricultura ecológica tiene cabida todas aquellas acciones que tiendan hacia la sostenibilidad ambiental.

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