Las hormonas son secretadas y liberadas directamente en la
sangre por órganos conocidos como glándulas, estas son muy abundantes en
nuestro cuerpo y por lo tanto también existen una gran cantidad de hormonas.
Las glándulas tienen una función muy importante que consiste en monitorear que
situaciones están sucediendo en nuestro cuerpo.
El estado nutricional afecta el sistema hormonal, es decir,
para que funcione de manera adecuada tenemos que tener un buen estado de
nutrición, así el ayuno, la alimentación en exceso o el ejercicio alteran este
sistema. Un ejemplo son las personas que se vuelven muy delgadas por tener un
sistema hormonal alterado, generalmente la tiroides (glándula) tiene problemas
con la secreción de hormonas tiroideas por lo que estas personas si no se
atienden son incapaces de mantener un buen estado de salud, y se vuelve un
círculo vicioso, otro ejemplo podría ser las personas que tienen dietas con
alto contenido de grasas teniendo niveles hormonales que puedan hacerlas
susceptibles a padecer ciertos tipos de cáncer.
Por otro lado el sistema hormonal también afecta el estado
de nutrición ya que junto con el sistema nervioso controlan las señales de
hambre y saciedad, manda mensajes al sistema digestivo sobre que comida entra y
que tipo de jugos gástricos se deben liberar. Durante el ciclo menstrual
algunas mujeres presentan cambios de apetito comiendo más hidratos de carbono
que el resto del ciclo, otro ejemplo es que las hormonas en parte son las
responsables de la falta de apetito durante las enfermedades o reaccionan ante
el estrés afectando la absorción de los nutrimentos.
Por todo lo anterior siempre que tenemos algún problema de
nutrición ya sea en escasez como la desnutrición o en excesos como la obesidad
no debemos olvidarnos de nuestro sistema hormonal ya que muy probablemente
parte de la respuesta al problema la podamos solucionar tomándolo en cuenta, no
lo olvides.
Las hormonas son los mensajeros que le dicen a nuestro
metabolismo lo que tiene que hacer. Si tiene que almacenar algo, destruirlo,
regenerarlo, acelerar el corazón, etc.
Si desequilibras el sistema hormonal tu cuerpo dejará de
funcionar de manera correcta y degenerará. Si desequilibras una hormona,
terminarán desequilibrándose varias, ya que están relacionadas unas con otras.
Los alimentos no solo son importantes por las "calorías" que tengan, como te quieren hacer creer todos los anuncios, sino por como afectan a tu sistema hormonal.
Especial atención merece para nosotros la hormona insulina, ya que esta hormona gobierna los procesos metabólicos que hacen que los alimentos que comemos se almacenen en forma de grasa corporal. Es decir, para transformar cualquier alimento que hayamos comido en grasa corporal, hace falta que haya niveles altos de insulina. Y viceversa. Si no hay niveles altos de insulina en el cuerpo, los alimentos que comemos tendrán más difícil el llegar a almacenarse en forma de grasa corporal. Los niveles que tengamos de insulina dependen mucho de los alimentos que comamos.
El tener elevados niveles de insulina de manera continua en el cuerpo produce muchos problemas, como son: obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, fatiga crónica, infertilidad, colesterol alto, riesgo de ataques al corazón, etc.
Por tanto, hay que controlar los alimentos que producen que suban tus niveles de insulina. ¿Qué alimentos son estos? Pues casualmente son los azúcares en todas sus formas y los carbohidratos feculentos.
También elevan tus niveles de insulina ciertas sustancias como son: la cafeína, los edulcorantes artificiales, el alcohol, el tabaco, los estimulantes y los aditivos químicos. Por eso, también hay que evitar consumir estas sustancias de manera habitual.
Los alimentos no solo son importantes por las "calorías" que tengan, como te quieren hacer creer todos los anuncios, sino por como afectan a tu sistema hormonal.
Especial atención merece para nosotros la hormona insulina, ya que esta hormona gobierna los procesos metabólicos que hacen que los alimentos que comemos se almacenen en forma de grasa corporal. Es decir, para transformar cualquier alimento que hayamos comido en grasa corporal, hace falta que haya niveles altos de insulina. Y viceversa. Si no hay niveles altos de insulina en el cuerpo, los alimentos que comemos tendrán más difícil el llegar a almacenarse en forma de grasa corporal. Los niveles que tengamos de insulina dependen mucho de los alimentos que comamos.
El tener elevados niveles de insulina de manera continua en el cuerpo produce muchos problemas, como son: obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, fatiga crónica, infertilidad, colesterol alto, riesgo de ataques al corazón, etc.
Por tanto, hay que controlar los alimentos que producen que suban tus niveles de insulina. ¿Qué alimentos son estos? Pues casualmente son los azúcares en todas sus formas y los carbohidratos feculentos.
También elevan tus niveles de insulina ciertas sustancias como son: la cafeína, los edulcorantes artificiales, el alcohol, el tabaco, los estimulantes y los aditivos químicos. Por eso, también hay que evitar consumir estas sustancias de manera habitual.
Por supuesto, la respuesta insulínica de cada persona ante
cierto alimento es diferente de una persona a otra. Por eso, los alimentos nos
afectan con distinta severidad a unos que a otros y cada uno tiene una
tolerancia distinta. Ciertas enfermedades como la obesidad mórbida son casos
extremos de desordenes hormonales a gran escala.
Nuestro cuerpo fabrica las hormonas a partir de la grasa y del colesterol, por lo que ambos son necesarios para tener un sistema hormonal equilibrado y sano. Por eso todas las dietas bajas en grasa producen desordenes hormonales. Hay que comer grasas, pero eso si, grasas naturales no desnaturalizadas. Y tranquilos, aunque comas grasa y esta tenga muchas calorías, no se te almacenara en tu cuerpo en forma de grasa corporal mientras no tengas altos los niveles de insulina simultáneamente. Por eso no es aconsejable mezclar en una misma comida una alta cantidad de grasa (muchas calorías) con una gran cantidad de un alimento que provoque una subida de los niveles de insulina como son el azúcar o los carbohidratos feculentos. Es por eso que los pasteles, bollos, helados, galletas (azúcar+ grasa) engordan tanto.
Por tanto, tener un sistema hormonal equilibrado es importantísimo para nuestra salud y nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo fabrica las hormonas a partir de la grasa y del colesterol, por lo que ambos son necesarios para tener un sistema hormonal equilibrado y sano. Por eso todas las dietas bajas en grasa producen desordenes hormonales. Hay que comer grasas, pero eso si, grasas naturales no desnaturalizadas. Y tranquilos, aunque comas grasa y esta tenga muchas calorías, no se te almacenara en tu cuerpo en forma de grasa corporal mientras no tengas altos los niveles de insulina simultáneamente. Por eso no es aconsejable mezclar en una misma comida una alta cantidad de grasa (muchas calorías) con una gran cantidad de un alimento que provoque una subida de los niveles de insulina como son el azúcar o los carbohidratos feculentos. Es por eso que los pasteles, bollos, helados, galletas (azúcar+ grasa) engordan tanto.
Por tanto, tener un sistema hormonal equilibrado es importantísimo para nuestra salud y nuestro cuerpo.
Una cosa importante es que, cuanto más desequilibrado tengas
tu sistema hormonal, mas tiempo necesitaras para re-equilibrarlo y por eso, mas
estricto deberías ser con tu alimentación hasta conseguirlo.
Las malas comidas, comidas trampa y demás, afectan menos a quienes tienen sus sistemas hormonales equilibrados que a aquellos que andan lejos del equilibrio.
En la fase premenstrual, el incremento de la hormona
progesterona induce a la mujer a comer más, y a consumir alimentos dulces, por
la caída del nivel de azúcar en la sangre.
Durante la ovulación, en el cuerpo femenino se libera, en grandes cantidades, la hormona estradiol, que tiende a disminuir la sensación de hambre. Además de las hormonas sexuales, en el peso corporal femenino también influyen las hormonas digestivas y tiroides, entre otras sustancias endocrinas.
Según la doctora Carmen Menéndez, 'la regulación endocrina femenina, que se dirige desde el cerebro hacia distintas glándulas y órganos, y se basa en una interconexión entre hipotálamo, hipófisis, ovarios, tiroides y adrenales, puede alterarse trabajando a un ritmo más rápido o lento, o segregando más o menos hormonas'.
'Algunas mujeres tienen un aspecto aniñado porque su hipófisis funciona más lento, otras comen mucho y están siempre delgadas porque su tiroides y sus células trabajan más rápido de lo normal, mientras que hay quienes tienen forma de pera, debido a los desequilibrios hormonales en sus ovarios, o tienen obesidad localizada en la tripa debido a su hiperactividad adrenal', señala.
'Las hormonas son determinantes en la salud y forma femeninas: de hecho la mujer es más propensa a sufrir disfunciones en su tiroides, lo cual hace que se mantenga delgada, sea muy nerviosa y sea hiperactiva, cuando su glándula funciona aceleradamente, o que engorde, se deprima y tenga un ritmo bajo de actividad, cuando funciona más lento de lo normal', explica Menéndez.
Según la especialista Gloria Thomas, en cada mujer predomina una glándula de secreción hormonal, la cual influye sobre las líneas naturales del cuerpo y en la forma en que el organismo reacciona ante las grasas y emplea su energía.
Para mantenerse en forma, hay que seguir un plan de ejercicios y alimentación 'a la medida de las hormonas y la glándula dominante de cada mujer, para compensar sus factores vulnerables naturales y trabajar sobre sus puntos fuertes".
Durante la ovulación, en el cuerpo femenino se libera, en grandes cantidades, la hormona estradiol, que tiende a disminuir la sensación de hambre. Además de las hormonas sexuales, en el peso corporal femenino también influyen las hormonas digestivas y tiroides, entre otras sustancias endocrinas.
Según la doctora Carmen Menéndez, 'la regulación endocrina femenina, que se dirige desde el cerebro hacia distintas glándulas y órganos, y se basa en una interconexión entre hipotálamo, hipófisis, ovarios, tiroides y adrenales, puede alterarse trabajando a un ritmo más rápido o lento, o segregando más o menos hormonas'.
'Algunas mujeres tienen un aspecto aniñado porque su hipófisis funciona más lento, otras comen mucho y están siempre delgadas porque su tiroides y sus células trabajan más rápido de lo normal, mientras que hay quienes tienen forma de pera, debido a los desequilibrios hormonales en sus ovarios, o tienen obesidad localizada en la tripa debido a su hiperactividad adrenal', señala.
'Las hormonas son determinantes en la salud y forma femeninas: de hecho la mujer es más propensa a sufrir disfunciones en su tiroides, lo cual hace que se mantenga delgada, sea muy nerviosa y sea hiperactiva, cuando su glándula funciona aceleradamente, o que engorde, se deprima y tenga un ritmo bajo de actividad, cuando funciona más lento de lo normal', explica Menéndez.
Según la especialista Gloria Thomas, en cada mujer predomina una glándula de secreción hormonal, la cual influye sobre las líneas naturales del cuerpo y en la forma en que el organismo reacciona ante las grasas y emplea su energía.
Para mantenerse en forma, hay que seguir un plan de ejercicios y alimentación 'a la medida de las hormonas y la glándula dominante de cada mujer, para compensar sus factores vulnerables naturales y trabajar sobre sus puntos fuertes".
La dieta vegetariana es saludable pero hasta cierto punto,
como sabemos, los extremos no son nada aconsejables, nos referimos a la parte
más extremista de la dieta vegetariana, hay personas que utilizan esta dieta
por varios motivos que en realidad no son los que predican “para un organismo
saludable”.
Hay quien se revela contra la ingesta de carnes, o desean
ocultar trastornos alimenticios para adelgazar, etc. Esta dieta es utilizada
por mucha gente y con distintos propósitos, sean claros u ocultos.
Dependiendo de la edad, en el caso de ser adolescentes, este
tipo de dieta sin control puede ser un riesgo importante en el desarrollo. Una
dieta vegetariana se puede dividir en varios tipos de subdietas. Está la que
sólo incluye las frutas y verduras (vegetariana pura), si además se incluyen
los huevos (ovovegetariana), si añadimos además la leche (ovolactovegetariana)
y finalmente la semivegetariana, en la que se incluirían huevos, pescados y
lácteos.
Si un adolescente se decanta por alguna de estas dietas, sufre hasta seis veces más el riesgo de padecer algún trastorno hormonal debido a la falta de los nutrientes esenciales que son tan necesarios para el desarrollo. Así nos lo explica la doctora Inés de la Parra, del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Si un adolescente se decanta por alguna de estas dietas, sufre hasta seis veces más el riesgo de padecer algún trastorno hormonal debido a la falta de los nutrientes esenciales que son tan necesarios para el desarrollo. Así nos lo explica la doctora Inés de la Parra, del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Dependiendo del grado de restricción alimentaria que un
adolescente practique, se pueden contraer algunos problemas como el retraso del
ciclo menstrual o la amenorrea, una dolencia que se caracteriza por la falta de
menstruación. Un ejemplo son las bailarinas de ballet, hasta un 60% de ellas
sufrían de amenorrea causada por una dieta excesivamente restrictiva conjugada
con el esfuerzo físico y los altos niveles de estrés.
Hay que mirarse con lupa la determinación de llevar una
dieta vegetariana, la edad es un aspecto importante, es necesario que una dieta
aporte un 60% de calorías en hidratos de carbono, un 30% de grasa y un 20% de
calorías proteínicas. Al final va a resultar que a la doctora se le ha olvidado
aconsejar una dieta mediterránea, una dieta justa y equilibrada.
Al principio hablábamos sobre la verdadera intención de
elegir una dieta vegetariana, la obsesión por adelgazar es la tendencia que más
predomina y no debería ser así, debería ser una obsesión por todo lo que sea
necesario y adecuado para nuestro organismo.
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