Muchas veces nos sentimos
deprimidos e incapaces de cambiar condiciones opresivas que debilitan nuestra
vida personal. La realidad es que todos poseemos un poder interior, una
fortaleza personal para cambiar nuestras circunstancias. Y ese poder está
dentro nuestro, sí, dentro tuyo. Y puedes liberarlo. Compartiremos algunas
técnicas que pueden ayudarte a lograrlo.
Todo comienza con compromiso
y auto-disciplina. Tan simple como eso. Si dices “iré a las 4 de la tarde”, ve
entonces a las 4; cuando le dices a alguien “cuenta conmigo”, que así sea. Si
abrazas una causa, cualquiera que sea, comprométete con ella. No te engañes ni
engañes a los demás, sé sincero. Gran parte del estrés diario que vivimos,
incluso de las enfermedades que padecemos, comienzan con comportamientos
destructivos; comportamientos que comienzan con la falta de compromiso con
nosotros mismos, y extendemos luego a los demás. La falta de confianza y
compromiso.
Cuando comienzas a ser
considerado contigo mismo, y con los demás, comenzarás sistemáticamente a
suprimir sentimientos de desagrado o ira interiores. Por supuesto que si dudas
de este mandato interior, las emociones suprimidas comenzarán a emerger, porque
los sentimientos no se eliminan, solo se reprimen, o dominan. Lo importante es
reconocer la influencia que tenemos sobre ellos.
Para fijar el concepto de la
auto-disciplina, puedes escribir tus afirmaciones y luego repetirlas
diariamente. Escribe de puño y letra, con tus propias palabras, conceptos que
salgan de tu corazón. Estas palabras pueden servirte de guía, o ejemplo:
“Tendré la disciplina para
conservar los propósitos que me he fijado; las ideas que he elegido incorporar
a mi vida. Cuando diga que voy a descansar, descansaré, cuando diga allí
estaré, lo haré, cuando diga, voy a ser feliz, así será. Nada ni nadie va a
tiranizar mi vida; si cometo errores, asumiré mis equivocaciones, y daré lo
mejor de mí mismo por componerlos. No defraudaré a nadie, no me defraudaré a mí
mismo. Honraré mis compromisos conmigo mismo y con los demás. Nada me apartará
de los propósitos que me he fijado, del camino que he elegido. Yo puedo
hacerlo”.
Una vez que has escrito tus
afirmaciones, tus metas, colócate frente a un espejo. Mírate profundamente a
los ojos. Con aprecio, con aceptación, con concentración, y con buenos deseos.
Concéntrate en tu mirada y en tus buenos deseos. Es importante que te sientas
identificado con tus intenciones, que tengan un profundo significado para ti,
es por ese motivo que cada afirmación debe ser personal. Lo ideal será comenzar
el día leyendo tus palabras. Puedes repetirlas, puedes interrumpirlas si no te
sientes muy concentrado, y elegir otro momento del día para hacerlo, pero, lo
mejor es comenzar tu jornada consciente de tus propósitos. Repítelo todos los
días, al tiempo comenzarás a ver los resultados.
Cuando te sientas hostigado
por una multitud de obstáculos, cuando los desafíos, los miedos, se conviertan
en barreras difíciles de superar, apela a tu poder interior. Es muy importante
incorporar a nuestras vidas, técnicas que alimenten nuestro espíritu y a la vez
nos hagan sentir mejor. Menos irritabilidad, más tolerancia a las situaciones
difíciles. Menos depresión, más seguridad en uno mismo. Mayor autonomía y
capacidad creativa. Estas son solo algunas razones para comenzar hoy mismo.
El éxito muchas veces
comienza con los pequeños actos de todos los días, no lo olvides. Sé
considerado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario